jueves, 26 de abril de 2012

EDUCACIÓN A TRAVÉS DEL ARTE

La actividad artística exige fantasía y creatividad y desarrolla la sensibilidad por las cualidades. Por un lado se traduce siempre en un medio sensorial (colores, formas, tonos, sonidos, etc.); por el otro lado, como expresión de una voluntad plasmadora no sensorial, trasciende la manifestación puramente sensorial. Por eso es el mejor mediador entre la naturaleza sensorial y la naturaleza espiritual del ser humano.

A la vez ocupa un lugar intermedio entre el juego infantil y el trabajo humano: “La práctica educativa y didáctica debe tender al ideal de despertar en el niño la sensación de que él aprende con la misma seriedad con la cual juega mientras el juego es el único contenido anímico de la vida. Una práctica educativa y didáctica que tiene conciencia de esto le otorgará el lugar adecuado al arte y le brindará el espacio necesario a la dedicación al mismo” (Rudolf Steiner: “Pädagogik und Kunst”, “Pedagogía y arte”, en “Der Goetheanumgedanke”, “La idea del Goetheanum”, GA 36, pág. 290).

Así como de la vivencia en imágenes surge la comprensión en conceptos, también la actividad artística puede favorecer la inteligencia: “Si se toma conciencia de la medida en que se puede desarrollar lo intelectual a partir de la educación artística en la niñez, entonces se estará dispuesto a darle al arte el lugar que se merece en la escuela primaria” (“Pädagogische Grundlagen und Zielsetzungen der Waldorfschule”, “Fundamentos pedagógicos y metas de la escuela Waldorf”, pág. 21).

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